
La oración pone en movimiento fuerzas espirituales, aunque el efecto es a menudo invisible quizas por un largo tiempo.
En los primeros años del reinado de Dario, Daniel estaba leyendo y reflexionando sobre los 70 años en que Jerusalen caería en ruinas. El se volvió a Dios "en oración ferviente y súplicas con ayuno, cilicio y cenizas", "confesando los pecados de Israel y pidiendo perdón y restauración a Dios". El angel Gabriel se le acercó a la hora del sacrificio de la noche, "volando con rapidez".
"Al principio de tus ruegos fue dada la orden" (Dn 9:23) le dijo el Angel. La respuesta estaba siendo procesada cuando la oración fue hecha.
Tomó mucho tiempo, periodos de semanas, años para la nación, y tiempos de luto, soledad, debilidad y temor para Daniel, antes de que la respuesta llegara.
Debemos alentarnos con el mensaje de Gabriel. Aunque nuestras oraciones parezcan débiles y algunas veces parecerían que no fueron escuchadas, "LA ORDEN FUE DADA". Agentes espirituales del lugar donde se encuentra el Trono del Rey de Reyes se han movilizado contra las fuerzas espirituales del cuartel del maligno, y habrá victoria.
"la oración eficaz del justo puede mucho" (Santiago 5:16).